Generalmente todo comienza con una sensación, con la orientación de mis cinco sentidos (oído, gusto, tacto, vista y olfato) al servicio de captar lo que acontece en el entorno que me rodea y lo que a su vez ocurre en nuestro interior. De este modo se forma un intercambio en el flujo de información continuo, entre el exterior y el individuo.

Los seres vivos necesitan adaptarse para sobrevivir. Desde este hecho, tenemos la capacidad inherente de adaptación al medio a través de la autorregulación u homeostasis. Por lo tanto, la percepción es una de las capacidades cognitivas básicas la cual consistiría en poder detectar estructuras y sucesos en el medio ambiente para poder regular su actividad. Es decir, podría definirse como la conciencia unificada derivada de los procesos sensoriales mientras un estímulo está presente.

La percepción no es un proceso aislado ni pasivo, está muy influida por otras funciones cognitivas como la memoria. Es decir, cuando captamos estímulos, en la mayoría de las ocasiones creemos que estamos percibiendo una copia de la realidad pero generalmente estamos envueltos en procesos de interpretación de esa realidad que nos rodea y esto es la diferencia con la sensación, caracterizada simplemente por la mera interacción entre los estímulos y nuestras respuestas fisiológicas, como proceso pasivo de recepción.

Esta función cognitiva será el origen de nuestros conocimientos sobre el mundo y condicionará en buena medida las emociones, sentimientos y afectos, nivel emocional, que se verán efectuadas en acciones posteriores, a nivel conductual.

La psicología de la Gestalt o psicología de la forma fue una de las corrientes más famosas en el estudio y teorización sobre esta capacidad humana. Describieron este proceso en principios perceptivos siendo la organización perceptual uno de los más notorios: tendemos a organizar los elementos de modo que el todo es más que la suma de las partes. Otros de ellos, sin profundizar demasiado, serían figura-fondo, agrupación de estímulos, organización de las totalidades, constancia, etc.

Como he mencionado con anterioridad, la percepción es un proceso activo en el que organizamos e interpretamos la información de forma significativa, y todo ello va a estar influido por numerosos factores tanto personales como de las características de los estímulos. Por ejemplo, en las personas influirá sobremanera las actitudes, valores e intereses que generarán una predisposición para reaccionar a lo que acontece en el medio; las experiencias previas, la cultura, las expectativas, las emociones que están presente mientras se perciben los estímulos, entre otros.

Ahora bien, es fundamental el trabajo que se pueda hacer sobre esta capacidad ya que así estaremos mejorando las estrategias con las que nos relacionamos, de una forma constructiva y satisfactoria, con nosotros mismos, con las otras personas que nos rodean y con el medio.


Para finalizar, dejo abierta a la reflexión esta frase de Hishee Salgado Morán:

“La percepción de las cosas se distorsiona cuando no tienes el enfoque ideal de lo que observas. Es importante ver cada ángulo para poder dar una mejor opinión de las cosas, no dejarnos guiar por la primera impresión”.

Ainoa Jiménez Recuero
Psicóloga del Club Magic Extremadura
Experta en la metodología ECAM y en ajedrez social y terapéutico